11/13/2007

EL PENSAMIENTO VIVO DEL GRAL. PERON

(Solanas-Gettino, Junio-Julio-Octubre de 1971, Madrid)

El justicialismo, la unidad y la identificación del enemigo
La concepción justicialista y el problema de la liberación

La concepción justicialista que nace en 1945 es una concepción simple con una base filosófica firme y que obedece a un concepto cristiano y humanista de la política. Indudablemente, el mundo ha venido desarrollando una evolución que hay que captar si queremos darle una continuidad congruente en el futuro. De ahí parte el justicialismo, sin dudar que el capitalismo que se instaura como sucesor del medioevo trae consigo la empresa, la máquina, que modifica extraordinariamente la actividad de comunidad.
La etapa capitalista
No podemos negar que en los dos siglos de acción del capitalismo, el mundo técnica y científicamente ha progresado más que en los diez siglos precedentes aunque indudablemente el progreso ha gravitado sobre las espaldas de los pueblos que han vivido sacrificados y miserables durante esos dos siglos. Llegamos a este momento en que se ha producido una gran revolución con aspiraciones de ser revolución mundial: la revolución rusa. Un sinnúmero de revoluciones ha explotado en este mundo como reacción contra este sistema que impone el sacrificio de los pueblos para el avance científico y técnico de la humanidad.
La etapa socialista
Indudablemente que hoy los pueblos están muy esclarecidos en razón de los medios de comunicación, de la televisión, la radio, los diarios, las revistas, en fin eso ha esclarecido a las masas populares que han llegado a darse cuenta que se prepara para el futuro otro sacrificio semejante, para también obtener un progreso parecido. Y ya no quieren los pueblos que eso se realice sobre el sacrificio, el dolor, el hambre y la miseria de hecho. Así es como nosotros nos concebimos; entonces es necesario que ofrezcamos a los pueblos la posibilidad de que trabajen felices con un grado suficiente de dignidad para un progreso técnico y científico de la humanidad que quizás no sea tan grande como el que ha venido asegurando el capitalismo pero por lo menos que no sea sobre el sacrificio de nadie. Pueblos felices trabajando por la grandeza de un mundo futuro pero sin sacrificios y sin dolor que eso es lo humano, que eso lo natural, y que es también lo científico.

Justicialismo
Socialismo nacional
Debe haber una tercera posición que es la que concibe el justicialismo, donde el hombre en una comunidad que se realiza, pueda también realizarse como ente humano. Esa es la verdadera concepción del justicialismo que hace 25 años lanzamos nosotros en forma de una tercera posición, que cayó aparentemente en el vacío. Pero transcurridos esos 25 años, las dos terceras partes de los habitantes del mundo y sus comunidades están pujando por colocarse en esta tercera posición tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes.
La tercera posición
El antiimperialismo del tercer mundo
Lógicamente el tercer mundo está en tercera posición. La evolución de la humanidad siempre ha ido hacia integraciones mayores: del hombre, la familia, la tribu, al estado primitivo, el estado feudal, La Nacionalidad que hemos vivido los de mi generación. Ahora ustedes vivirán la etapa que sigue el continentalismo. Y es posible que sus nietos, sus bisnietos lleguen a la futura y última integración que es el universalismo.
La línea entreguista
Nosotros, como colonia española, pasamos a ser colonia inglesa. Por eso en Argentina ha habido una línea anglosajona y una línea hispánica. La línea hispánica ha sido la que siguió con la idea independentista, la otra es la línea colonial. Y en nuestro país la línea nuestra es la línea, diremos, de la Primera Junta, Rosas que defendió esto, Yrigoyen que también ha defendido esto y Perón. Todos los demás gobiernos argentinos han pertenecido a la línea anglosajona y la han servido de una manera directa o indirecta. De manera que todo esto tiene una continuidad histórica en el mundo pero tiene también, en cada país, una continuidad histórica porque los países están viviendo el reflejo del resto del mundo.

La integración latinoamericana
La patria grande

Ya en el año 1949 dije, con motivo del tratado de complementación económica - que tenía por finalidad constituir una comunidad económica latinoamericana con fines de integración continental - que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Ahora es preciso que sin pérdida de tiempo se unan férreamente para conformar una integración que nos lleve de una buena vez a constituir la patria grande que la historia está demandando desde hace casi dos siglos y por la que debemos luchar todos los que anhelamos que nuestros países dejen de ser factorías del imperialismo y tomen de una vez el camino de grandeza que nos corresponde por derecho propio. El futuro de un mundo superpoblado y superindustrializado será de los que dispongan de mayores reservas de comida y de materia prima, pero la historia prueba que tales reservas son soluciones si se las sabe y se las quiere defender contra el atropello abierto o disimulado de los imperialistas.
Liberación nacional y social
Liberación continental
Pino Solanas.- Si nuestra liberación es inseparable de la liberación continental, ¿debemos coordinar esta lucha con la de Asia y Africa? ¿Es esta lucha del tercer mundo la que puede universalizar la liberación del hombre?.
Hoy nosotros los que trabajamos dentro de esta línea estamos en el tercer mundo y trabajamos en el tercer mundo y estamos conectados todos los dirigentes de América con el tercer mundo y trabajamos con la idea de liberación del continente y trabajamos para eso y creemos que la juventud, que la gente del futuro debe aferrase a esa posición pues será la posición del futuro.
La continuidad de la vieja guerra por la segunda independencia
Pino Solanas.- ¿Esta concepción o vocación independentista y liberadora es también continuidad de las viejas vocaciones nacionales las de la patria?
Es natural, en nuestro país no es un secreto para nadie que el imperio inglés se fundó sobre los despojos del imperio español. Pero han pasado los años y hoy vemos auspiciosamente surgir revoluciones salvadoras en varios países hermanos del continente. Cuba, Chile, Perú son dignos espejos en los que han de mirarse muchos otros latinoamericanos que luchan por la liberación.

El socialismo nacional
Pino Solanas.- General, hoy el justicialismo explicita que su objetivo de gobierno es realizar el socialismo nacional. Como la palabra socialista ha sido utilizada también para denominar proyectos antirrevolucionarios o reformistas o socialdemócratas como los europeos e incluso social-imperialista, ¿qué sería para nosotros el justicialismo?
La determinación del término socialista hoy en el mundo es muy difícil, porque toma una enorme rama de extensión que va desde un movimiento internacional dogmático hasta uno abiertamente democrático. Dentro de ellos hay miles degradaciones y uno lo puede observar en los cinco continentes los distintos sistemas todos basados en un socialismo. Ahora, existen las monarquías de un gobierno socialita y existen los movimientos marxistas pero del otro extremo; entre la extrema derecha y la extrema izquierda se escalonan todos los socialismos habidos y por haber. Nuestro movimiento en ese sentido es mucho más simple, es de base socialista porque pivotea sobre la justicia social que es la base de toda nuestra promoción revolucionaria. El socialismo nuestro puede caracterizarse así: en estos dos siglos, como ya he dicho anteriormente, se ha producido un avance extraordinario que supera a los diez siglos precedentes. Esto ha estado basado en la máquina, la empresa, la ciencia, la técnica y el hombre, el capitalismo, nacido de la revolución francesa que en estos dos siglos desde la revolución francesa hasta ahora ha hecho un sistema que ha hecho avanzar al mundo de una manera extraordinaria, especialmente en el aspecto científico y técnico. Pero los pueblos con esos medios técnicos se han esclarecido por la facilidad de la dispersión de las noticias del conocimiento. Y estos pueblos se dan cuenta que se ha avanzado estos dos siglos extraordinariamente pero a costa de un tremendo sacrificio de los pueblos. Entonces los pueblos se dan cuenta que ese mismo avance podrá ser más lento quizás pero se puede hacer sin necesidad de sacrificar a los pueblos.
El justicialismo lo que anhela es eso, seguir luchando por un progreso quizás no tan rápido como ha sido el de estos dos siglos, pero si más justo, es decir, sin que el sacrificio gravite tremendamente sobre la espalda de los pueblos como ha estado gravitando hasta ahora a través del sistema capitalista. Entre el socialismo internacional dogmático y el capitalismo la diferencia no es tan notable porque uno es un capitalismo de Estado y el otro es un capitalismo individualista. Los dos someten: uno intensifica al hombre e indudablemente el progreso es extraordinario porque es una colmena en acción, el otro promulga por los intereses, se hecha para adelante y obtiene también grandes resultados, pero los dos es a base del sacrificio de los pueblos.

Reemplazar el sacrificio por el esfuerzo
Nosotros queremos que ese sacrificio desaparezca y que se realice el mismo trabajo sin sacrificio, sólo con esfuerzo. Eso es el justicialismo. Busca esa forma de convivencia con gran acento en el aspecto social, que siempre el hombre sea de la comunidad y que la comunidad también sea del hombre. El gobierno justicialista es aquel que sirve al pueblo que no sirve otro interés que el del pueblo y que no hace otra cosa que lo que el pueblo quiere, y dentro de esa forma va luchando por la grandeza de la comunidad en que vive. Congeniar lo individual con lo colectivo ese es el proceso revolucionario nuestro y al hacerlo es una de las formas del socialismo.
El socialismo argentino para los argentinos
Pino Solanas.- Esto sería el proyecto socialista en el justicialismo, ¿un socialismo argentino para los argentinos? ¿Autónomo?
Natural, porque cada comunidad tiene sus propias idiosincrasias y sus propios valores intrínsecos que es necesario respetar. No son iguales dos comunidades, son de características distintas en las que influye hasta la situación geográfica absoluta, la situación geográfica relativa, la raza, un sinnúmero de circunstancias que gravitan sobre la formación de esa comunidad.
Un socialismo nacional creado desde el pensar y el sentir del pueblo
Un socialismo justo como al que aspira el justicialismo ha de ser aquel donde una comunidad se realice de acuerdo a sus condiciones intrínsecas. No se puede importar nada desde afuera porque no se pueden asimilar los métodos de una comunidad diferente. No es cuestión de adoptar sino en algunas circunstancias de adaptar y en otras de crear, porque la suprema convicción del arte de conducir a los pueblos es precisamente la creación y para crear hay que someterse a las circunstancias naturales del hecho que uno pretende crear. Esto es una cosa fundamental, si se hace un movimiento socialista en Argentina ha de ser un movimiento hecho por los argentinos, para los argentinos, porque no se puede hacer un socialismo igual para un mujik de la zona asiática y para un hombre de la pampa argentina. Los dos son campesinos pero están diametralmente opuestos en todas sus manifestaciones anímicas, físicas, y el medio también es diferente y la actividad es también distinta. En consecuencia, queremos una cosa para ese argentino realizada por los argentinos. Si en eso es necesario sacrificar alguna cosa será necesario sacrificar, para gozar de algunas hay que sacrificar otras. Eso es el proceso de pesos y contrapesos que en toda comunidad establece el verdadero equilibrio de realización. Eso es lo que nosotros aspiramos hacer con el justicialismo.
Terminar con la explotación capitalista
Pino Solanas.- Usted ha escrito General, que el mundo ha terminado el reinado de la burguesía y comienza el reinado de los pueblos, es decir comienza la etapa en el mundo donde termina esa expropiación capitalista de la burguesía.
Natural, es por la circunstancia que ya he explicado. El mundo ha cambiado, no es una imposición Argentina, es una imposición del mundo. El mundo que va en una evolución con pueblos que ya están esclarecidos, y en consecuencia pueblos que se niegan a seguir un proceso de sacrificio cuando eso se puede reemplazar por un simple esfuerzo que hasta puede ser agradable.

Los pueblos rechazan
El “desarrollismo”, el neocapitalismo y los demás “proyectos” imperialistas
Esa es una aspiración del justicialismo, la dignificación del hombre, la dignificación del trabajo a través del cual se puede crear y se puede construir. Pero para que se realice no es necesario que tenga un policía atrás con un fusil ni que esté el patrón con un garrote insultándolo mientras realiza su trabajo. Es decir que en condiciones dignas un hombre se realiza a sí mismo para sumar un bien a una comunidad. Lo que no puede existir en una comunidad son tipos que no producen lo que consumen, porque una comunidad donde abundan los que consumen y no producen es una comunidad que no va a ninguna parte. Ahora para producir al hombre hay que darle las condiciones de dignidad, de felicidad y de tranquilidad para que pueda producir sin sacrificio.

El movimiento justicialista
La única fuerza cívica que conserva su estructura y su potencia, es el justicialismo y dentro de él, la clase trabajadora. Estas fuerzas representan el eje del movimiento revolucionario nacional.
Peronista para mí, como conductor del movimiento, es todo aquel que cumple la ideología y la doctrina peronista. Por otra parte, esto lo hemos aclarado bien en el movimiento. Hay un decálogo del peronismo donde dice cuáles son las diez condiciones básicas que debe llenar un hombre para poder ser y sentirse peronista.
Primero la patria, después el movimiento, luego los hombres
Persuadidos de esa verdad él la sirve, eso es ser peronista. Indudablemente que hoy hay un desplazamiento natural hacia el peronismo que nos lo da el éxito de toda esta larga lucha de los 16 años pasados desde el ’55 hasta hoy. En eso no hay que extremar las cosas, el movimiento peronista jamás ha sido ni excluyente ni sectario. Nuestro movimiento, por ser de una tercera posición es un movimiento de gran amplitud.
La incorporación al movimiento
Dentro de la acción política que se desarrolla todos los días vemos mucha gente que proviene de otros sectores políticos, que puede ser del comunismo, del conservadurismo, porque hay de todo en el huerto del señor. Por aquí han pasado las más diversas tendencias. Yo a todos les digo lo mismo: vean señores cuando nosotros formamos el justicialismo vinieron hombres conservadores como el Dr. Remorino, que era secretario de Julito Roca, de manera que imagínense ¡del riñón de la oligarquía!, y fue un gran peronista y un buen servidor. Del otro lado vinieron sectores socialistas como Bramulia, como Burlengui, y también del comunismo. Y todos esos hombres han demostrado a lo largo de estos años que han sido buenos peronistas, por qué vamos a presuponer que un hombre que se incorpora hoy debió haberlo hecho hace 25 años y va a ser peor que esos que se incorporaron entonces. En ese sentido, para ser realmente justicialista debe admitir que todos los hombres pueden ser buenos y que todos pueden tener razón e incorporarlo para servir al movimiento.

El peronismo no es sectario ni excluyente
Con todo lo que ha pasado en el país yo pienso que habrá un sector malintencionado pero más que nada ha sido un sector desaprensivo o ignorante, o algún bruto también, porque el malo suele tener remedio, el bruto no. He visto muchos malos que se han vuelto buenos, no he visto jamás un bruto inteligente. De manera que todo esto que uno va echando a la balanza de la apreciación de los hombres debe servirle para calificar y para comprender, eso es conducción. Los hombres son útiles en la medida de su capacidad y de su buena intención. Sancionarlo cuando no sea capaz suele servir

Sacrificar pasiones e intereses
Es indudable que el hombre no puede ser perfecto, entonces tiene sus pasiones y tiene sus intereses. Las pasiones y los intereses individuales son los que desvían y deforman la actuación peronista, porque no podemos pedir que en cada peronista haya un santo un héroe, eso no sale todos los días, es bastante con que sea un hombre con sentido y con sentimiento peronistA
Un hombre de nuestro movimiento podrá tener cualquier defecto, pero el más grave de todos será no ser un hombre del pueblo.
En la política esto es tan cierto como la vida. En consecuencia todas esas condiciones son las que debe reunir un peronista.
El movimiento peronista es de todos los que lo formamos y defendemos y allí radica el derecho que cada uno tiene de sentir y de pensar para el beneficio común, como lo establece el viejo apotegma peronista: “que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie”.
Los hombres que vengan al peronismo deben hacerlo con la voluntad decidida de poner todos los días algo de su parte para ennoblecerlo y dignificarlo.
Eso es, en pocas palabras, una gran síntesis del movimiento justicialista.

Compañeros, aliados. Traidores y enemigos.
El movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidoR
Dice Mao Tse Tung: el que lucha contra un compañero es que se ha pasado al bando contrario. Eso lo hemos observado todos, no hay peronista que no haya observado este tipo de disidencia, siempre sospechoso, pero más que nada negativo para el trabajo de conjunto que debemos realizar. En el movimiento peronista eso tiene su remedio, porque el movimiento peronista ha sido creado y conducido en forma que desarrolle sus propias autodefensas. En esto hay una tremenda similitud entre el organismo fisiológico y el organismo institucional. En el organismo fisiológico ocurre un fenómeno del cual debemos aprender: si el hombre no tuviera sus autodefensas hace miles de años que habría desaparecido de la tierra, solamente son las autodefensas las que conservan la especie, no son ni los médicos, ni la penicilina desgraciadamente. Ahora, ¿cómo se generan esas autodefensas? El promotor de ello es el microbio, el agente patógeno que entra en el organismo, que a su vez genera sus propios anticuerpos, de donde salen las vacunas que crean las propias enfermedades. Ese microbio genera los anticuerpos, y son esos anticuerpos las autodefensas del organismo. En lo institucional pasa lo mismo. Cuando el movimiento justicialista fue creado yo me persuadí de esta necesidad y de esta verdad, y dejé actuar al movimiento con la mayor libertad posible. Cada uno hizo lo que quiso dentro de él, claro que eso dio lugar a que aparecieran algunos de los que se denominan traidores en la política o tránsfugas. Pero ¿qué son los traidores o los tránsfugas dentro de un organismo institucional de la política? Son los microbios, son los gérmenes patógenos que entran en el organismo, y tan pronto entran generan sus anticuerpos igual que el otro microbio y generan sus autodefensas para la organización institucional. Hemos visto muchos actos de las autodefensas que se han producido en el movimiento. Es decir el movimiento se defiende por sí, porque los movimientos o los partidos políticos o las organizaciones institucionales que no tienen sus autodefensas desaparecen como habría desaparecido el hombre. Por eso la conducción de un movimiento político hace pensar en la necesidad de dar absoluta libertad.
Hay que tener en cuenta que cuando aparece un hombre de nuestro movimiento que lucha contra otro hombre de nuestro movimiento puede ser lo que dice Mao, que se haya pasado al bando contrario. Pero generalmente defiende un interés, no un ideal porque el que defiende un ideal no puede tener controversias con otro que defiende el mismo ideal. Es que en la política al haber más de dos ideales juegan los intereses. Y hay horas distintas, en 1955 fue la hora de los enanos, 1971 es la hora de los logueros. Entonces, son esos intereses los que han venido y siguen jugando, pero el peronista debe darse cuenta y cualquiera sean sus intereses no pueden estar sobre el ideal que todos defendemos y por el cual todos debemos luchar. Por eso el peronismo creó un apotegma que dice: para un peronista no puede ni debe haber nada mejor que otro peronista. Entonces cómo puede ser posible que un señor que está en la misma lucha esté luchando contra otro peronista cuando tiene al enemigo con el que tiene naturalmente que luchar.
El movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidor.
Cuando nosotros decimos que para un peronista no debe haber nada mejor que otro peronista, estamos levantando la bandera de la solidaridad dentro de nuestras fuerzas. Esa conciencia colectiva y esa conciencia social por la que nosotros luchamos
Lo importante es comprender que todo este espíritu de solidaridad hay que imponerlo; hay que ir persuadiendo, si es preciso de a uno, para que cada uno sepa sacrificar un poco de lo suyo en bien del conjunto. Predicamos con el ejemplo que es la mejor de todas las prédicas
Nuestra solidaridad no ha sido jamás ni sectaria ni excluyente. Para nosotros todos los que luchen contra los enemigos del otro país son nuestros amigos, y en el carácter de tal les hago llegar mi saludo emocionado y afectuoso.
La organización revolucionaria
Pino Solanas.- El enemigo especula con la posibilidad de integrar al peronismo pero castrado revolucionariamente, es decir, un peronismo sin Perón. El enemigo entonces especula con la desaparición política o física de Perón. Entonces ¿qué medidas previsoras puede usted aconsejar para que la segunda etapa de la revolución justicialista, como usted denomina la toma del poder, pueda llevarse adelante aun en el caso límite de no contar con su conducción? Usted ha hablado de la necesidad de construir una organización revolucionaria que pueda sustituir colectivamente en el futuro a la actual conducción. ¿Me puede explicitar sus ideas al respecto?
Desde que en 1955 nosotros caímos del gobierno, yo me he preocupado de ir conformando una organización. Es muy difícil, los dirigentes revolucionarios siempre son movimientos gregarios detrás de un realizador y contando con 100 mil predicadores, así se pone en marcha un movimiento revolucionario, nosotros lo hicimos así. Ahora, una vez que se ha conformado un movimiento con un líder enfrente no es tan fácil transformarlo en una organización, porque en general la gente resiste a eso. Pero hay que tener en cuenta que el hombre no vence al tiempo, el único que puede vencer al tiempo es la organización. Entonces yo me he ocupado de ir formando por simbiosis la organización sin que yo perdiese la conducción, para que los grupos que desean la organización y los grupos que desean seguir en el movimiento gregario puedan por simbiosis unirse y llegar a elegir en el momento oportuno, cuando yo desaparezca, su forma de conducción, porque eso lo tiene que elegir el propio movimiento. Si aparece un hombre que me pueda reemplazar a mí, no habrá problema, si no aparece ese hombre es indispensable reemplazarlo por una organización revolucionaria que permita al movimiento a través de organismos ir conformando y cumpliendo los objetivos que nosotros hemos venido indicando hace muchos años, más los objetivos que las circunstancias nuevas vaya produciendo. Esa organización hemos tratado e alcanzarla y creo que hasta este momento tenemos una organización. Por lo pronto no hay en el país ninguna fuerza política que tenga la organización que nosotros tenemos, y sobre todo no hay ninguna fuerza que pueda compulsar en sí un poder mayor por unidad, por solidaridad, por cohesión, por unidad de doctrina. Detrás de una doctrina es que van los hombres organizada o desorganizadamente. Nosotros en ese sentido estamos en un punto medio, en parte organizados en parte todavía inorgánicos porque hay grandes sectores que se van incorporando durante la marcha a esta lucha que nosotros venimos sosteniendo en nuestro momento. Estamos en un momento en que estamos a caballo de dos generaciones, una generación que es la nuestra que ha hecho todo lo que ha podido, bien o mal, pero lo ha hecho hasta ahora y ha cumplido una etapa de esa revolución, que podemos decir que es la etapa doctrinaria. Ahora viene la toma del poder, la etapa gregaria y luego vendrá la institucional. Todo ese proceso ha de realizarse a base de las nuevas generaciones, las revoluciones no son jamás obra de una generación sino de varias. Hay una nueva generación que está esperando, por eso yo vengo hablando de la necesidad del trasvasamiento generacional, junto con la organización debe venir un cambio porque si no el movimiento envejecerá y terminará muriendo como todos los viejos. Entonces para evitar ese proceso está el camino orgánico y el camino de rebosamiento por un cambio generacional. La gente joven tomará ahora nuestras banderas al triunfo. ¿En qué forma la llevará?, no podemos predecir eso porque si aparece un hombre que pueda catalizar la voluntad de todo el movimiento peronista, será ese hombre a la cabeza de ese movimiento el que lo llevará, sino tenemos la suerte que aparezca un hombre esclarecido que pueda seguir una conducción en el campo estratégico y aun provocar en el campo táctico esa lucha que es indispensable para triunfar, no habrá más remedio que recurrir a la organización. Por eso la previsión está en esto, ¡organicémonos, marchemos organizadamente!. Si aparece ese hombre bendito sea y bienvenido.

La conducción colectiva de la organización revolucionaria
Pino Solanas.- ¿Estaría reunida la figura de un nuevo conductor con el proyecto de una organización revolucionaria?
No siempre en todos los casos el hombre que dirige una revolución necesita de la organización, de manera que no puede estar riñendo lo uno con lo otro. La organización puede, en caso de ser necesario, reemplazar la carencia de un conductor. Eso es lo que nosotros debemos de perseguir, es decir, buscar la forma de vencer al tiempo. Hay ejemplos en la historia; el ejército de Napoleón que era formidable desaparece con Napoleón, porque no tenía una organización. Nosotros debemos formar una organización que pueda vencer al tiempo, es decir, desaparecida la conducción mía, que aparezca otra que pueda ser por un hombre o puede ser por una organización.
Así como la organización se articula en el espacio, toda la lucha se articula en el tiempo. Hay cosas que son permanentes, como es la ideología y por lo menos por mucho tiempo eso será una cosa inamovible. Arriar la bandera de justicia social, de independencia económica y de soberanía política eso es muy difícil porque son cosas permanentes. En cambio, la doctrina, que son las formas de ejecución de esa ideología varía según las circunstancias evolucionan con la evolución. En el cambio generacional va buscando rebosar en el tiempo esas formas de ejecución; lo que hace 25 años nosotros hicimos de una manera, puede ser que en este momento esa manera no sea la apropiada para realizar, entonces las nuevas formas de ejecución que nace con la nueva generación y las nuevas circunstancias son las que hice poner en marcha a través del rebosamiento permanente del movimiento para que el movimiento no envejezca.
Construir la organización

Sólo la organización puede vencer al tiempo
Proyecto orgánico estaría ligado a trasvasamiento generacional y reactualización doctrinario y eso es lo que nosotros debemos de perseguir, es decir buscar la forma de vencer el tiempo, reemplazarlo con una organización revolucionaria que permita, a través de organismos, ir conformando y cumpliendo los objetivos que nosotros hemos venido indicando hace mucho años más, los nuevos objetivos que las circunstancias nuevas vayan produciendo.
El movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor, quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero; y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidor.
Todo esto es consecuencia de poner en armonía la necesidad de crear las autodefensas dando absoluta libertad de acción a todo el que se desempeñe dentro del movimiento. Eso tiene de favorable la creación de las autodefensas. Naturalmente en la vida no todo resulta favorable, hay un factor desfavorable y lamentablemente es el que muchas veces se empeñan en luchar fracciones de nuestro movimiento en contra del objetivo común que perseguimos. La conducción debe ejercer sobre todas esas fuerzas y sin violencia, su acción persuasiva, que es lo que trato de hacer yo. Es decir el conjunto debe ser una suerte de padre eterno que bendice, e influenciar a todos para que esa bendición los alcance de forma de encaminarlos hacia el objetivo y desviarlos de objetivos sospechosos o que sostienen los interese parciales. En política sobre todo en el ambiente dirigente es donde están los problemas, en la masa no hay problema. Es que los dirigentes a menudo cada uno de ellos lleva un gallito debajo del brazo y defiende sus intereses y los de su gallito. Esto es indudablemente en este momento perceptible pero debe ser corregido. Cuando hay dirigentes que no están en lo que están los demás dirigentes hay que desconfiar de ellos, esos andan en algo inconfesable aunque den otras razones. Y eso nosotros lo hemos tenido en evidencia muchas veces durante estos 16 años, sin embargo, la misma organización sindical o el movimiento se ha encargado de aplicar las sanciones que las autodefensas han aconsejado.
Las autodefensas son las bases del movimiento
Cualquiera sea el escenario en el que se lucha, se lucha por la misma causa. De manera que no hay que mirar al costado para mirar lo que hace el compañero, hay que mirar al frente para ver qué hace el enemigo.
El dispositivo de la lucha táctica necesita estar articulado. Unos están en una acción contemplativa, otros están en una acción de superficie, otros están en una acción violenta y activa, otros están preparando para la futura acción con estudios tecnológicos. Cada uno de ellos está trabajando para lo mismo.

Identificar aliados y enemigos
Pino Solanas.- ¿Cómo identificamos al aliado y al enemigo? Usted ha definido al compañero y al traidor; ¿puede definir al aliado?
Un aliado es el que trabaja por la misma causa que nosotros. También lo dijo Mao: lo primero que uno debe hacer cuando conduce es establecer cuáles son sus amigos y cuáles sus enemigos, y dedicarse luego – esto no lo dice Mao lo digo yo - al amigo todo, al enemigo ni justicia porque en eso no se pueden tener dualidades. Todo el que lucha por la misma causa que lucho yo es un compañero, piense como piense y sobre todo nosotros debemos tener suspicacias en ese sentido porque ninguno de los grupos que se incorporan al peronismo con buenas y a veces con peligrosas intenciones nos hará peligrar a nosotros, porque todavía nadie ha hecho teñir el océano con un frasco de tinta.
Ellos y nosotros en toda nuestra marcha del movimiento hemos demostrado que no ha habido fuerza política incapaz de enfrentarse con nosotros, y en el futuro la habrá menos porque estas cosas se están esclareciendo suficientemente para que cada argentino pueda pensar lo que le conviene al país.
Ahora indudablemente quizás yo eso no lo que le convenga a él, pero lo que le interesa y lo que le conviene al país es indudable la realización de nuestras ideas y no las que acaban de fracasar a través de esta dura, amarga y triste experiencia de 16 años de desorganización, de desgobierno, de injusticia y de arbitrariedades.
Los enemigos de la patria son los enemigos del pueblo. Las Argentina actual es un satélite del imperialismo yanqui y su gobierno está al servicio de la oligarquía y de la burguesía.
Su pueblo lógicamente está tan en contra del imperialismo como de la oligarquía y la burguesía, pero especialmente opuesto al gobierno que los sirve y a las fuerzas de ocupación que lo hacen posible.

Orden general del 27 de julio de 1819 Compromiso del ejército de los Andes:
...”la guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos... si no tenemos carne, un pedazo de tabaco no nos tiene que faltar; cuando se acaben los vestuarios nos “vestiremos con la ballestilla que nos trabajen nuestras mujeres y si no andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios; seamos libres y lo demás no importa nada...
Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver al país enteramente lIbre o morir con ellas como hombres de coraje...”
General San Martín
La guerra por la definitiva independencia argentina es una guerra que aun no ha concluido. San Martín, Rosas, las montoneras son apenas momentos victoriosos en esta guerra liberadora e inconclusa, una guerra en la que cambiaron los nombres de los protagonistas en la que no se modificó el carácter de la misma. Pueblo y antipueblo, Patria y antipatria se mantienen aun como antinomias irreductibles.
Juan D. Perón

Off de inicio del documental:
En los últimos años, la historia de esta lucha por la liberación nacional y social del pueblo argentino, historia de un proceso revolucionario de características poco comunes. La historia de la revolución justicialista, proceso que arranca en 1945 y se proyecta hoy hacia el futuro sin pausas ni interrupciones. Popular y antiimperialista que reconoce sólo a un gran protagonista: al pueblo argentino y a un conductor el General Perón.
Son las indicaciones básicas que el general Perón transmite a las bases y a los diversos encuadramientos del movimiento, a los efectos de profundizar la actual etapa de la revolución justicialista hasta la toma del poder. Estos mensajes han sido realizados con la finalidad de ayudar a la formación política de cuadros y militantes para esa toma del poder, por lo tanto cada proyección no es otra cosa que parte de una sección de estudio, de discusión y de trabajo, es decir de actualización política y doctrinaria
(..)Las circunstancias presentes (...) y estimular la participación de todos los compañeros; cada uno tiene ideas y experiencias que aportar. La actualización política y doctrinaria, como bien lo indicaba nuestro conductor, es también una tarea que nos obliga a todos.
El texto desarrollado a continuación es tan sólo una parte de la serie de entrevistas que Pino Solanas realizó con el General Perón en Puerta de Hierro, España, durante los meses de junio, julio y octubre de 1971. Más tarde, este material fue utilizado en el documental "El pensamiento vivo del General Perón".


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